Detrás de cada uno de nuestros platos está la mano de Toni Ripoll, nuestro chef, inquieto por naturaleza y apasionado por la gastronomía local. El estilo de este chef mallorquín, que ya es un sello propio de la casa, viene desde muy atrás. Y es interesante conocer sus inicios para entender nuestra cocina.
Su formación en la Escuela de hostelería de Palma, complementada con estudios en la Escuela de Hostelería Suiza, sin duda fue un buen inicio. Sobretodo porque en la escuela pudo conocer al que define como su maestro: Mestre Tomeu Esteva. Además de grandes consejos y una valiosa formación, Tomeu le contagió su amor por la cocina y por la gastronomía mallorquina y despertó en Toni la pasión por la cocina local. Esto le llevó a seguir indagando y buscar en sus orígenes la cocina más auténtica. Así conoció Coloma, su “abuela” y maestra particular. A ella le debe muchos de los secretos y auténticas recetas tradicionales de Mallorca como “Fritet de menudillos”, “Arròs amb salseta”, o “Aubergínies farcides”,…
Así fue como Toni adquirió una base que ha ido perfeccionando y que empezó a dar sus frutos al abrir su primer restaurante, S’Arxiduc en la Valldemossa. Todo un éxito allá en los 80.
A partir de allí fueron muchos años y experiencias las que vivió Toni. Dentro y fuera del mundo de la gastronomía. Su espíritu inquieto le llevó incluso a cambiar los fogones por los platos de disco y ejerció de DJ una temporada. Pero eso fue un paréntesis. Después continuó perfeccionando sus técnicas y su estilo y emprendiendo en varios restaurantes propios. Pero ha sido ahora, en TÁRTARO, cuando ha retomado definitivamente la cocina que le gusta. La de mercado, la de petit comité. Una cocina que desde el 2014 ha conseguido enamorar a un público fiel mallorquín y la que “poc a poc” también va ganando fieles admiradores de diversas nacionalidades tan propias del barrio. ¡El buen paladar no entiende de idiomas!